salud
Por Diego Alonso (*)
Si conversáramos con la persona que dirige un gobierno local, probablemente nos diga que el principal problema del sector salud son los altos costos y la dificultad de sostener los servicios que brinda el hospital con los ingresos actuales.
Si lo hiciéramos con quien dirige el área de Salud del mismo gobierno local, seguramente nos dirá que sus problemas son la cobertura de las guardias médicas durante los fines de semana, los traslados de emergencia y que el ginecólogo que consiguió vendrá solo una vez por semana.
Si la conversación fuera con un/a joven oriundo/a de la misma localidad, recientemente graduado/a en Medicina, puede que nos mencione que aún no puede instalarse debido a la ausencia de oportunidades para el desarrollo de su proyecto profesional. Y, si fuera un médico/a de 40 años o más, radicado en la ciudad, dirá que necesita nuevos equipamientos para dar respuestas a los pacientes.
Por último, si hiciéramos una encuesta a la ciudadanía, concluiremos que las demandas de salud expresadas con mayor frecuencia son el acceso a las especialidades médicas, la necesidad de contar con equipamientos médicos de diagnóstico y los nuevos tratamientos farmacológicos.
Cada problema o desafío presenta una complejidad que pareciera no tener solución en el marco de lo local. Sin embargo, la salud digital ofrece intervenciones que mejoran la organización del sistema de salud, que facilitan la asignación eficiente de los recursos disponibles, que posibilitan decisiones prácticas e informadas y que, sin lugar a duda, reducen distancias y barreras geográficas presentes en regiones tan diversas como América Latina (Recomiendo ver el documento “Clasificación de Intervenciones de Salud Digital V1.0” https://www.who.int/publications/i/item/WHO-RHR-18.06 ).

¿A qué nos referimos cuando hablamos de salud digital?
Generalmente, el concepto queda reducido al registro informatizado de datos y documentos de los episodios de salud, enfermedad y atención de una persona (Historia Clínica Electrónica). También, se la asocia a la actividad administrativa de recupero de los costos que se generan con motivo de esas atenciones. O, se la suele vincular con aplicaciones de telemedicina.
Pero… ¿qué es la salud digital y cómo puede ayudarnos?
En términos teóricos, es la aplicación sistemática de tecnologías de la información y las comunicaciones, ciencias informáticas y de datos, para respaldar la toma de decisiones en el campo de la salud.
Ahora bien, a los fines prácticos y para potenciar nuestros trabajos, les propongo pensar la salud digital en clave de ecosistema, donde cada nueva acción o intervención genera interacciones (efectos) con los elementos preexistentes. Por ello, el éxito de estas dependerá en gran medida del análisis previo de todas las interacciones posibles.

Entonces, si decidimos implementar una intervención de salud digital, desde el enfoque del ecosistema, tendremos que mapear su contenido a través de los siguientes ejes:
a) La infraestructura (hardware, conectividad, licencias, planes de contingencia);
b) La infoestructura (interoperabilidad, monitores y datos, inteligencia artificial, seguridad informática);
c) Las tecnologías y aplicaciones (historia clínica, receta digital, portal de pacientes, aplicaciones de automonitoreo, telemedicina, etc.);
d) La cultura digital (paciente digital, alfabetización digital, gestión del cambio en instituciones de salud) y;
e) La gobernanza (estándares, inversión, leyes y estructura de gobernanza).
Veamos un ejemplo: “Nuestro director de salud local tiene que resolver la demanda de consultas médicas en la guardia los fines de semana. Su intendenta le dijo que no puede pagar más de lo que están pagando los municipios vecinos. El director cuenta con ese presupuesto y conoce una empresa de la capital que provee consultas médicas a distancia a través de una aplicación de telemedicina”.
Acá entra en juego la decisión de los caminos posibles:
1) El director de salud puede resolverlo contratando la empresa sin más exigencias que la realización de la consulta por medio de la aplicación de telemedicina propuesta.
2) O, antes de contratar, mapear y definir los factores que garantizarán una intervención más efectiva y permanente.
Para la infraestructura: ¿cuáles son los requerimientos de equipamiento y conectividad? ¿Tiene esta empresa un plan B en caso de cortes?
Para la infoestructura: ¿cómo se integrarán los datos producidos en las teleconsultas a la Historia Clínica del paciente del hospital? ¿Tiene la aplicación indicadores de monitoreo y control? ¿Garantiza la aplicación aspectos de ciberseguridad?
En tecnologías y aplicaciones: ¿puede el paciente conectarse mediante su dispositivo personal? Si la consulta culmina con una prescripción, ¿emite una receta digital o electrónica? ¿Puede integrarse a la gestión de farmacia del hospital?
En cultura digital: ¿a quienes está dirigido este servicio? ¿Qué pacientes podrán utilizarlo inicialmente? ¿Cuáles serán los roles del personal presencial de la guardia? ¿Quién hará la capacitación permanente?
Y en gobernanza: ¿cuáles son los estándares de comunicación entre los sistemas en uso? ¿servicios terminológicos, clasificaciones diagnósticas, procedimientos, vademécums de productos farmacéuticos, etc.? ¿Qué leyes son aplicables a la telemedicina o teleconsulta? ¿Quién coordina las estrategias digitales en el Municipio? ¿En la provincia, la nación? ¿Hemos coordinado con ellos?
“Vamos por el primer camino ya que esto parece ser demasiado complejo”. “Nos va a llevar mucho tiempo”. “Empezamos y después vemos…”
Por este camino, continuaremos fragmentando las intervenciones de salud y parcializando la información sobre las personas y la realidad. Cada área del hospital tendrá una aplicación digital propia, con información limitada para resolver los problemas de los pacientes. ¡Entre otros!
Recordemos los objetivos de salud y trabajemos junto a otras áreas del municipio y de Salud Provinciales con los ejes del ecosistema.
Optar por este otro camino contribuirá a potenciar la disponibilidad de información sanitaria requerida al momento de las decisiones del personal sanitario. También posibilitará a los gestores de los servicios de salud y a quienes los financian a buscar mayor eficiencia y equidad. ¡Esto, como mínimo!
Para cerrar. El objetivo de esta columna es ofrecer un marco analítico. Estos ejes y las preguntas sugeridas deben servir para mejorar la salud de las comunidades, de las personas y de las intervenciones de salud digital que se decidan implementar a tal fin.