riesgos
Por Juan Martín de Chazal,
coordinador de +COMUNIDAD
“Soñamos con ciudades donde la prevención esté integrada a la cultura urbana. Donde vecinos, gobiernos y organizaciones trabajen juntos para eliminar peligros y evitar siniestros”. La frase pertenece a Sandra Meyer, fundadora de la Fundación Relevando Peligros, y encierra una visión que nació del dolor más profundo.
El 24 de diciembre de 2009, Sandra y dos de sus hijos –Juan y Valentina– salieron a tomar un helado por el barrio Jardín, en la ciudad de Córdoba, Argentina. Era Nochebuena y había llovido bastante. En el camino, Juan rozó un cesto de basura que estaba electrificado y sufrió una descarga que le costó la vida. Tenía 13 años.
De esa tragedia nació Relevando Peligros. Lo que comenzó como una iniciativa de una madre en busca de justicia se convirtió en una herramienta que combina tecnología, participación ciudadana e instituciones públicas. En otras palabras, Sandra transformó su dolor en un motor de acción colectiva que hoy reduce riesgos urbanos y salva vidas.
La propuesta es sencilla: los vecinos reportan un peligro en la plataforma digital de la Fundación, el equipo verifica la información y la deriva al organismo correspondiente. El proceso —que llaman “circuito del peligro”— tiene tres estados: recibido, tramitado, solucionado. La trazabilidad de cada caso busca garantizar que un aviso vecinal no quede en el vacío, sino que llegue a destino y se traduzca en mejoras concretas en el espacio público.


Participación ciudadana y gestión con evidencia
“La participación ciudadana es un pilar fundamental para construir ciudades más seguras”, afirma Sandra en diálogo con +COMUNIDAD. Esa mirada cotidiana, ejercida de manera organizada, permite detectar antes que nadie un cable suelto, una tapa rota o un poste quebrado. El impacto acumulado es contundente: más de 19.000 reportes gestionados en distintos puntos del país, cada uno representando una situación de riesgo que pudo evitarse.
Este trabajo sólo es posible con articulación institucional. En Córdoba Capital, los reportes se gestionan a través de Defensa Civil; con la Provincia, se integran al sistema Ciudadano Digital (CiDi); y con la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) funciona un canal directo mediante web service. “La identificación precisa y georreferenciada de los elementos relevados nos permite construir un mapa dinámico del estado de las instalaciones”, explica el ingeniero Cristian Morielli, gerente de Distribución de EPEC. Además de facilitar la atención de emergencias, este mapa contribuye con la planificación de obras y la priorización de intervenciones donde más se necesitan.
“A través de esta articulación con municipios y organismos provinciales, trabajamos por una gestión más eficiente, colaborativa y centrada en la prevención. Pero, sobre todo, reafirmamos que detrás de cada dato hay una vida, una familia, una comunidad que merece habitar un espacio público seguro y cuidado”, reflexiona Morielli.

Más allá de la electricidad: accesibilidad y riesgos urbanos
Aunque el eje inicial fue la seguridad eléctrica, la Fundación amplió su mirada a otros riesgos de la vida urbana: bocas de cloacas abiertas, rampas en mal estado, plazas con juegos rotos, carteles con peligro de derrumbe, entre otros. El Proyecto Rampas, por ejemplo, se desarrolló junto a la Dirección de Discapacidad de la Municipalidad de Córdoba y relevó las condiciones de accesibilidad en espacios públicos de dos Centros de Participación Comunal (CPC), incluyendo plazas, centros de salud y jardines maternales.
A su vez, trabajaron activamente en educación ambiental, especialmente con el proyecto Mi Impacto Positivo en el Planeta. “Nos interesa seguir fortaleciendo nuestra línea educativa para formar ciudadanos capaces de identificar peligros y actuar preventivamente en su comunidad”, cuenta Sandra.
La Municipalidad también encontró en esta articulación una forma de fortalecer su propia gestión. “Gracias al relevamiento técnico realizado con la Fundación pudimos inspeccionar más de 5.000 luminarias e identificar situaciones de riesgo que se resolvieron de manera inmediata cuando representaban un peligro evidente”, explica el ingeniero Lucas Navarro, director de Alumbrado Público. “La articulación con organizaciones como Relevando Peligros fortalece la gestión pública, profesionaliza los controles y demuestra que la colaboración entre el Estado y la sociedad civil es fundamental para garantizar espacios públicos más seguros”, añade.

Prevención de riesgos como política pública
Con el tiempo, la tarea cotidiana de resolver reportes individuales se expandió hacia acciones más estructurales. La Fundación trabajó junto al Ministerio Público Fiscal en la elaboración de un protocolo de electrocución para unificar la respuesta judicial, y junto al Ministerio de Servicios Públicos en la creación de la Escuela de Seguridad Eléctrica, una propuesta de formación gratuita y virtual sobre riesgos eléctricos.
“Estamos convencidos de que los entramados interinstitucionales son clave para que los relevamientos y las diversas acciones que pongamos en marcha se traduzcan en acciones concretas”, razona la presidenta de Relevando Peligros.
“La seguridad eléctrica es un tema muy importante porque impacta en la vida de todos y, para eso, es fundamental concientizar a los vecinos para que puedan participar activamente del relevamiento de los peligros. La vía pública debe ser un espacio seguro”, aporta el ingeniero Ezequiel Turletto, subsecretario de Infraestructura Eléctrica de Córdoba.
Desde su área apoyaron además la instauración del 17 de junio como el Día Provincial de la Seguridad Eléctrica, que incorporó estos contenidos a las escuelas para concientizar desde temprana edad. Proyectos como Construyendo Seguridad Eléctrica desde la Infancia o Mi Impacto Positivo en el Planeta apuntan en la misma dirección: educar a nuevas generaciones capaces de identificar peligros y actuar preventivamente.

Una experiencia replicable
Lo que hoy funciona en Córdoba puede inspirar a otras ciudades. El consejo de Sandra es reconocer a la ciudadanía como aliada estratégica, garantizar canales accesibles y evitar la fragmentación entre áreas del Estado. Las mesas intersectoriales y la interoperabilidad de sistemas son, para ella, condiciones básicas para sostener el proceso.
“El primer paso es reconocer que los ciudadanos son aliados estratégicos en la construcción de ciudades seguras”, insiste la fundadora de Relevando Peligros. “Es un modelo replicable por otras ciudades que buscan mejorar su infraestructura urbana con datos confiables y compromiso social”, suma Lucas Navarro, de Alumbrado de la Municipalidad de Córdoba.
La visión es clara y trasciende a lo local: “Visualizamos una red federal de sedes de la Fundación Relevando Peligros que fomenten la participación ciudadana para lograr ciudades libres de peligros eléctricos y estructurales en la vía pública, un sistema educativo que cuente con herramientas pedagógicas disponibles en todas las escuelas y protocolos de actuación para el Poder Judicial que unifiquen la respuesta ante siniestros eléctricos en cada rincón del país.”
Ilustración principal: diseño +COMUNIDAD, con base en material de Relevando Peligros.