Pedir un turno, esperar una ambulancia, pagar una tasa, denunciar problemas o habilitar un comercio: acciones simples que, durante años, implicaron traslados, colas y tiempo perdido. En Tres de Febrero (Buenos Aires, Argentina), esa experiencia empezó a cambiar cuando el municipio integró procedimientos, digitalizó trámites clave y ordenó la gestión con métricas y seguimiento.
Esa transformación le valió, a fines de 2024, la primera distinción del programa 100 Ciudades Certificadas de la Red de Innovación Local (RIL). Esta certificación reconoce a gobiernos locales que administran los recursos con responsabilidad, innovación y enfoque estratégico. Y, sobre todo, que traducen esos esfuerzos en mejoras tangibles para su comunidad.
“En Tres de Febrero entendemos la eficiencia municipal como la capacidad de hacer más y mejor con los recursos disponibles, acercando soluciones concretas a los vecinos de manera ágil, transparente y sostenible”, define a +COMUNIDAD Bautista Pino, jefe de Gabinete. Para lograrlo, resume cuatro claves: decisiones basadas en evidencia, transformación digital, capacitación permanente de equipos y participación ciudadana.
A continuación, un recorrido por cinco políticas que explican el reconocimiento y permiten identificar aprendizajes transferibles a otros municipios.
1. Mi 3F: ciudadanía digital para resolver trámites y reclamos
El punto de partida fue Mi 3F, la plataforma que unifica trámites, pagos, solicitudes y seguimientos en línea. Lo que antes estaba disperso en ventanillas y formularios ahora se resuelve en un único espacio digital, pensado para que cualquier vecino —desde un celular o una computadora— encuentre su gestión y compruebe su estado.
La digitalización alcanzó más de 200 procedimientos y permitió que el 85 % de los trámites que eran presenciales se hicieran completamente online. Ese salto no es abstracto: detrás hay 145.000 usuarios registrados —125.000 vecinos activos— que ya interactúan por esta vía.
El cambio se percibe en tiempos y previsibilidad. Las habilitaciones exprés gratuitas, por ejemplo, se resuelven entre 48 y 72 horas según cada caso. Y los expedientes digitales con trazabilidad en tiempo real dejan de depender del “lleve y traiga” de papeles.
La plataforma incorporó, además, herramientas de escucha y control: un canal para denunciar trabas burocráticas y “Trefi”, un chatbot 24/7 que responde por WhatsApp y Telegram. Del lado interno, el esfuerzo se sostuvo con el control biométrico del personal y la publicación digital de declaraciones juradas y licitaciones. La premisa es sencilla: cuanto más claro y transparente es el proceso, más fácil es evaluar y mejorar.

2. Salud: de 60 a 10 minutos, y la atención que llega a casa
Uno de los mayores puntos de quiebre estuvo en la gestión de emergencias. Tres de Febrero reorganizó su red para que el tiempo de respuesta bajara de un promedio de 60 minutos a 10 minutos. Ese cambio, alcanzado en 2023, se apoyó en decisiones de gestión que ordenaron la demanda y acercaron la oferta. Es decir, ningún residente de la población priorizada debe viajar más de 15 minutos para llegar a un centro de salud primario (CAPS).
La meta sanitaria dejó de ser sólo el “derecho” a la atención y se volvió acceso efectivo: más del 50% de la población local está registrada en el sistema público municipal (con una meta mínima de 35% para quienes cuentan únicamente con cobertura pública). Esto permite identificar necesidades, programar prestaciones y responder con mayor precisión.
Para sostener esa accesibilidad, el municipio digitalizó la gestión clínica y administrativa. Se migró de historias en papel a perfiles médicos digitales, se habilitaron turnos en línea, recetas y prácticas con trazabilidad, y se coordinó el empadronamiento electrónico hasta alcanzar cobertura completa en la población priorizada. La descentralización acompañó la estrategia: se abrieron dos CAPS en ubicaciones estratégicas para cubrir vacíos territoriales y se ampliaron prestaciones en la red existente.
Un indicador ilustra la escala del cambio: en 2021 únicamente un CAPS contaba con laboratorio; en 2023, los 14 centros ya realizaban análisis de sangre. La revitalización edilicia cerró el triángulo: más de 14 CAPS fueron renovados para garantizar condiciones adecuadas de atención y convivencia comunitaria. El resultado agregado se observa en el circuito completo: resultados de laboratorio disponibles en tres días (antes dos semanas) y más de 450 profesionales participando en formación continua, con protocolos comunes y uso consistente de la información clínica.

Salud que llega a casa: Telemedicina en Tres de Febrero
Sobre esa base, en 2025 se incorporó un canal digital complementario: Telemedicina 3F. La atención clínica y pediátrica 24/7 por vía remota amplía la puerta de entrada al sistema, evita traslados innecesarios y ayuda a descongestionar guardias. Entre enero y el último corte disponible (julio de 2025), se contabilizan 1.962 nuevos empadronamientos en historia clínica digital y 2.018 consultas resueltas por telemedicina. En el último mes con datos disponibles, las atenciones superaron las 730.
Un dato relevante para la equidad: más de 300 personas ingresaron por primera vez al sistema de salud a través de este canal. La combinación de respuesta rápida en emergencias, capilaridad territorial y atención remota –entienden desde la Municipalidad– permanente organiza mejor la demanda, prioriza casos según gravedad y acerca prestaciones a quienes tienen mayores barreras de tiempo o movilidad.
El hilo común es la gestión por datos: saber dónde están las personas con mayor necesidad, qué prestaciones requieren y cuándo deben recibirlas. Con información interoperable —de la red de CAPS, los laboratorios y la telemedicina— el municipio programa turnos, asigna recursos y sigue la evolución de cada caso. La eficiencia, en salud, se vuelve visible así: menos minutos de espera cuando ocurre una emergencia, menos días para un resultado diagnóstico, más puertas de acceso para consultas oportunas y más profesionales trabajando con criterios compartidos.
En términos de vida cotidiana, significa que un episodio agudo recibe atención en 10 minutos, que un estudio de laboratorio no implica perder dos semanas, y que una familia puede resolver una consulta sin salir de su casa cuando la clínica lo permite.

3. De la alerta a la acción: seguridad con planificación y evidencia
La misma lógica de procesos integrados se aplicó a la seguridad. El Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) centraliza imágenes de cámaras distribuidas en el distrito y articula, en un mismo espacio, la respuesta con Ojos en Alerta y el 911. Cada incidente queda documentado y alimenta un Mapa del Delito que identifica tipologías y zonas con mayor incidencia. La información sale del tablero: guía rutas de patrullaje, operativos de saturación y la ubicación de nuevas cámaras mediante mapas de calor.
La coordinación interáreas acorta los tiempos entre la detección y la intervención, evita patrullajes sin foco y permite comparar resultados para ajustar.
Para el vecino, el impacto se resume en dos dimensiones: rapidez de respuesta cuando algo sucede y prevención en los puntos calientes donde antes se acumulaban hechos. “La innovación requiere personas preparadas y, sobre todo, participación ciudadana —sostiene Bautista Pino—. Eso asegura que las políticas respondan a necesidades reales”. En seguridad, esa participación se apoya en canales activos de reporte y en decisiones que se justifican con evidencia.

4. Aire para producir: simplificación tributaria y previsibilidad
La mejora de servicios al vecino convivió con una reforma de hacienda orientada a facilitar la actividad económica y dar previsibilidad a largo plazo. Bajo la consigna “Menos impuestos, más trabajo”, el municipio eliminó más de 400 conceptos fiscales y 500 tasas. A la vez, simplificó 35.000 trámites y redujo el volumen de la Ordenanza Fiscal Impositiva.
En paralelo, habilitó un paso clave para la economía de cercanía: habilitaciones comerciales instantáneas y sin costo para más de 70 rubros, apoyadas en la creación de la Dirección de Inversiones y Emprendedores.
La creación de la Monotasa unificó tributos (Seguridad e Higiene, Publicidad y Propaganda, Ocupación de espacio público, Pesas y Medidas y Control de Plagas) con reducciones de hasta 60 % y facilidades como la gestión online y el pago anual con bonificaciones por débito automático. El esquema se complementa con la no aplicación de Tasa Vial y una Tasa de Seguridad e Higiene (TISH) entre las más bajas de la provincia de Buenos Aires —la alícuota general promedio se ubica en 5,4%—.
Para inversiones de mayor escala, el Régimen de Incentivos a la Generación de Inversiones (RIGI municipal) estableció exenciones y bonificaciones sobre TISH con horizonte de hasta 14/15 años según el monto y la condición. Además, se instituyó estabilidad tributaria por 30 años, sin aumentos ni creación de nuevos impuestos municipales. Acuerdos con la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) sumaron líneas de crédito por hasta AR$ 60.000 millones (U$S 41.000 millones) con tasas preferenciales y la apertura de una nueva sucursal en Caseros.
Los efectos se ven en decisiones concretas. Mercado Libre anunció U$S 65 millones para un centro logístico de 58.000 m² en el Predio Logístico Tres de Febrero, con capacidad para 570.000 artículos y 100.000 productos diarios.
5. Crecer sin desorden: plusvalía urbana para financiar hábitat e infraestructura
Cuando la rueda económica gira, la ciudad también cambia. El desafío es que ese crecimiento no profundice desigualdades ni sobrecargue servicios. La respuesta de Tres de Febrero fue combinar reglas urbanas actualizadas con un mecanismo de financiamiento base suelo.
Con el nuevo Código de Ordenamiento Urbano (2019) y la Ordenanza N.º 3440/19, se creó el Fondo para el Desarrollo Urbano y el Hábitat Sustentable, conocido como plusvalía urbana. La lógica es la siguiente: si un proyecto obtiene mayor aprovechamiento constructivo que el permitido originalmente, aporta una contribución calculada por metros cuadrados adicionales, valor de incidencia del suelo por manzana y una alícuota diferencial según la zona.
Ese ingreso no va a una bolsa general: tiene afectación específica con criterio redistributivo:
- Un 5 % se destina a la protección del patrimonio público.
- Un 30 % a infraestructura y saneamiento, reurbanización de asentamientos informales , relocalización de familias, vivienda social y mejoramiento habitacional.
- Un 65 % a servicios y transporte, equipamiento, espacios públicos, fortalecimiento de centralidades comerciales y acciones del Plan Urbano Estratégico.
El resultado esperado es doble: autonomía financiera para ejecutar obras y equidad territorial al orientar recursos hacia donde más falta hacen. “La implementación de este mecanismo constituye una herramienta innovadora de financiamiento base suelo que promueve una distribución más equitativa de los beneficios derivados del desarrollo inmobiliario”, aseguran en la Municipalidad de Tres de Febrero.
La plusvalía no se piensa aislada: conversa con la simplificación tributaria que impulsa inversiones y con la planificación que ordena los impactos de cada desarrollo. Las tres piezas —reglas claras, incentivos económicos y financiamiento redistributivo— buscan que el crecimiento sea con previsibilidad y con un principio de justicia urbana explícito.

Lo que deja la experiencia en Tres de Febrero: aprender haciendo (y midiendo)
“Estas políticas reflejan eficiencia porque demuestran que es posible hacer más con menos: reducir costos internos, transparentar procesos, usar mejor los datos disponibles y reinvertir recursos en las prioridades del distrito”, sintetiza Pino. La frase condensa una metodología de gestión: definir problemas, diseñar soluciones viables, medir impacto y ajustar. En ese camino, aparecieron aprendizajes que otras ciudades pueden considerar.
Primero, la gobernanza por datos. La trazabilidad de expedientes, los tableros de telemedicina y los mapas del delito operan como brújula para tomar decisiones y rendir cuentas. Segundo, la interoperabilidad tecnológica: Mi 3F, seguridad y salud no son “islas”, comparten información útil y evitan duplicaciones. Tercero, el talento público: sostener la digitalización demanda capacitación continua y roles claros. Cuarto, reglas urbanas y fiscales que den certidumbre: la previsibilidad es un activo para quien abre un comercio y para quien decide una inversión grande. Y quinto, escucha y comunicación: los canales para denunciar trabas o consultar 24/7 ayudan a detectar fallas y a ampliar el uso ciudadano de los servicios.
Las cinco políticas muestran que la eficiencia no es un atributo abstracto, ni sólo un reordenamiento interno. Se verifica en tiempo ahorrado por los vecinos cuando hacen un trámite, en consultas de salud resueltas sin desplazamientos, en respuestas más rápidas ante emergencias, en barrios que incorporan obras gracias a la plusvalía y en emprendimientos que pueden abrir con menos fricción.
La distinción de 100 Ciudades Certificadas de RIL no cierra una etapa; establece una vara. Mantenerla exigirá sostener estándares, publicar más y mejores datos de resultado, y seguir ajustando procesos con la comunidad en el centro.

Esta nota integra una serie que busca visibilizar casos de ciudades de Argentina y la región donde la eficiencia dejó de ser un ideal para convertirse en una práctica cotidiana. En este caso, que obtuvieron la distinción del programa 100 Ciudades Certificadas de RIL.
Redacción +COMUNIDAD