PREVENCIÓN DESDE EL TERRITORIO
El rol estratégico de las guardias locales en la coproducción de seguridad ciudadana

En el ámbito de la seguridad local, la participación ciudadana y la coordinación entre Estado y comunidad se presentan como pilares fundamentales para el diseño de estrategias equilibradas entre control y prevención de delitos y violencias. En esta columna, compartimos experiencias de distintas ciudades y reflexiones sobre cómo pueden fortalecer sus capacidades preventivas.

Por Mariana Foglia, Mariana Carbajo y
Juliana Rodríguez, Ciudades por la Seguridad en RIL (*)

Lejos de ser una responsabilidad exclusiva de las fuerzas de seguridad, la construcción de entornos seguros y la promoción de prácticas de convivencia ciudadana requiere un enfoque amplio e integrado donde los gobiernos locales asuman su rol protagónico. 

Entonces, ¿cuáles son los principales desafíos de los municipios para mejorar las políticas de seguridad? ¿Qué aprendizajes son posibles a partir de la experiencia de los últimos años? ¿Qué estrategias se pueden elaborar frente a un escenario local y global desafiado por el incremento de conflictos sociales? 

En columnas anteriores, publicadas en +COMUNIDAD, reflexionamos sobre la importancia de pensar la gestión de los problemas de seguridad “por fuera de la caja”. Resaltamos el rol de los municipios en esta desafiante misión, y ahora queremos responder a estos grandes interrogantes con el centro en los desafíos y aprendizajes que emergen a partir del funcionamiento de las guardias locales y su rol en el ecosistema de la seguridad ciudadana.

Prevención, el terreno clave de los municipios y la misión de las guardias

Desde hace años, especialistas sostienen que la prevención del delito constituye el campo de acción prioritario para los gobiernos locales. Sin embargo, su éxito depende de una distinción primordial: saber dónde están parados los actores de este sistema y qué funciones desempeñan. 

En este sentido, si entendemos la prevención como  el conjunto de prácticas destinadas a evitar la materialización de conductas ilícitas, se deriva rápidamente que las instancias provinciales y nacionales tienen a su cargo el control penal y la persecución del delito. Mientras, a los municipios les corresponde actuar desde una lógica extrapenal, centrada en estrategias de disuasión, mediación y gestión de conflictos, justamente actuando antes de que estos escalen hacia hechos punibles.

En este marco, las guardias locales emergen como una de las políticas de prevención más utilizadas por los municipios argentinos y de la región durante las últimas décadas. En nuestro país podemos mencionar como ejemplo la reciente creación de las Guardias Locales de Prevención y Convivencia en la provincia de Córdoba y el cuerpo de Preventores Municipales en la provincia de Mendoza. Asimismo, destacamos las experiencias en Quito (Ecuador) de la Guardia Municipal, en  São Paulo (Brasil) la Guardia Civil Metropolitana y en Barcelona (España) la Policía Municipal

Como muestran los casos, existen diferentes maneras de nombrar a estos cuerpos de prevención. Lo que los nuclea es que actúan como auxiliares de las fuerzas de seguridad, es decir, realizan actividades de apoyo a la función policial. Y van delimitando formas de cooperación y coordinación que tienen por delante el objetivo de brindar una mejor respuesta a la demanda de seguridad ciudadana.

Una vecina y un vecino junto a dos agentes de policía. Imagen: Guardia Urbana de Barcelona

Cada uno desempeña funciones diferentes, según las competencias administrativas que le fueron asignadas y las capacidades operativas que estos cuerpos de prevención desarrollan con el tiempo. Entre las funciones que despliegan las guardias, es común encontrar un abanico amplio de tareas tácticas y estratégicas. Van desde el patrullaje territorial y el control del tránsito hasta la mediación en conflictos vecinales, la promoción de espacios de atención y escucha ciudadana, y la difusión de recomendaciones para prevenir delitos.

El plus que aportan con su funcionamiento es la de gestionar conflictividades sociales que, si bien muchas veces no constituyen un problema de seguridad en sí mismo, sí tienen enorme impacto en la convivencia ciudadana. Es el caso de los problemas vecinales por ruidos molestos o la vandalización de lugares públicos. En las localidades medianas y pequeñas, las guardias locales se encuentran en posición privilegiada para que su intervención logre resolver las problemáticas de fondo que erosionan la convivencia. Es decir, los factores de riesgo socio-delictuales.  

La clave de su buen funcionamiento está en la profesionalización de los agentes que componen las guardias y en la cercanía con la comunidad. Esa combinación no sólo contribuye a mejorar la percepción de seguridad de la ciudadanía, sino que también permite una respuesta más ágil y contextualizada a las problemáticas de cada territorio.

¿Pueden las guardias locales convertirse en el eslabón decisivo para una seguridad ciudadana efectiva? 

La respuesta a esta pregunta parece depender de la capacidad que generen los municipios para reconocer el rol protagónico que las guardias locales desempeñan en la prevención y consolidar los aprendizajes que propicia el trabajo en red con otras agencias de seguridad. A continuación se comparten un conjunto de máximas que sintetizan algunos aprendizajes de ciudades que nos inspiran:

1. Capacitación con enfoque preventivo: más mediación de conflictos que represión

Las guardias locales deben profesionalizarse como actores de prevención primaria. Esto supone garantizar una formación permanente y actualizada en temáticas como resolución pacífica de conflictos y abordaje de situaciones de emergencias, que les permita responder a los desafíos en su trabajo cotidiano. El valor de la formación que reciben los agentes radica en prepararlos para prevenir y disuadir faltas o eventuales delitos y violencias desde un enfoque de proximidad y cercanía ciudadana. La profesionalización implica mayor capacitación y también actuar con profesionalismo, valorando las necesidades de protección de la ciudadanía poniendo en el centro a la persona. 

Desfile en Lima, Perú. Imagen: Unsplash

2. Límites claro para el funcionamiento de las guardias

Contar con un marco normativo claro que defina el rol, las competencias y los límites de las guardias mejora las expectativas sobre su accionar, especialmente a nivel interno. Su función principal es la de auxiliar, nunca la de suplantar a la policía. Además, es crucial establecer mecanismos de control para evitar abusos de autoridad en la interacción con la ciudadanía. Disponer de un protocolo de actuación riguroso permite mejorar la intervención de estos cuerpos y su articulación con la comunidad.

Un buen ejemplo es la Guía de actuación para Guardias Locales de Prevención y Convivencia, elaborada por el COPEC de Córdoba. Este documento ofrece lineamientos generales para los agentes de guardias locales, con el fin de guiar sus intervenciones de manera profesional frente a la diversidad de situaciones que enfrentan en el territorio.

3. Información que alimente políticas: sin datos no hay evaluación posible

Las guardias necesitan indicadores de desempeño que permitan evaluar -por ejemplo- el tiempo de respuesta ante situaciones de emergencia y la cantidad de situaciones conflictivas en las que intermedian positivamente. Por ende, el desarrollo de capacidades para la gestión de información en las guardias locales mejora el funcionamiento interno de estos cuerpos, y principalmente contribuye a mejorar el patrullaje de proximidad, la vigilancia de espacios públicos y la confianza ciudadana.

El Programa Espacios Más Seguros de Mendoza se consolida en este sentido como una buena práctica en la región por su enfoque innovador. Combina análisis criminológico con trabajo territorial articulado entre provincia, municipios y fuerzas policiales. Según datos oficiales, el programa logró reducir hasta un 55% los delitos en algunas áreas, principalmente lo que son los robos y hurtos. 

Esta iniciativa es impulsada por el Ministerio de Seguridad y Justicia de la Provincia de Mendoza, en articulación con municipios del Gran Mendoza. Su objetivo es brindar respuestas eficaces a dinámicas locales de inseguridad, a través de un modelo de trabajo territorial, interagencial y orientado por datos. La clave de su éxito radica en el uso de binomios municipales (duplas de agentes) capacitados que recorren los circuitos de patrullaje diseñados a partir de la inteligencia de datos. Mientras, una plataforma digital georreferencia incidencias en tiempo real para ajustar dichas estrategias. 

No se trata solamente de más patrullaje, sino patrullaje inteligente y coordinado. Esto a partir de la vocación de colaboración de todos los actores del ecosistema de seguridad (provincial y municipal) y el uso de evidencias proporcionado por el Observatorio de Seguridad. De este modo, la información que brinda el servicio 911 se utiliza tanto para definir las zonas de mayor incidencia delictual, como para trazar los recorridos del patrullaje de los preventores municipales en los lugares focalizados y actualizarlos a partir de los resultados que se obtienen luego de la intervención.


Presentación de resultados del programa piloto Espacios Más Seguros en Guaymallén y Las Heras, Mendoza. Foto: Gobierno de Mendoza. 

4. Tecnología al servicio de la comunidad (no al revés)

Invertir en sistemas de alerta tecnológica interoperables, accesibles y con resguardo de derechos permite unificar los canales de denuncia y agilizar los mecanismos de respuesta inmediata del sistema de seguridad local. En estos sistemas es importante que participen las fuerzas de seguridad y los auxiliares como guardias locales, bomberos e incluso, los servicios de emergencias médicas.

Un caso de inspiración es el programa “Ojos en Alerta” que permite a los vecinos reportar situaciones sospechosas y emergencias en la vía pública por medio de mensajes de WhatsApp. Esto garantiza un seguimiento en tiempo real a través de la interoperabilidad del canal de denuncia, el Centro de Monitoreo y la geolocalización del reporte, evitando saturar líneas de emergencia y agilizando la respuesta de parte del sistema local de seguridad. 

Este programa ya está presente en 78 municipios argentinos y proyecta expandirse hacia otros países resultando una iniciativa innovadora, eficaz y de muy bajo costo para los gobiernos locales. De forma similar, la iniciativa “Alerta Violeta” es un caso inspirador en el municipio bonaerense de Villarino que permite un reporte directo para situaciones de violencia de género a través de una app móvil gratuita agilizando la denuncia a través del botón de alerta y el tiempo de respuesta para poder asistir a la víctima cuanto antes. Además, brinda datos reales y precisos para que los equipos del área de la Mujer, Género y Diversidad del municipio puedan realizar un seguimiento de la situación y asistir a la víctima.

5. Participación ciudadana con reglas claras para la concertación 

En la coyuntura actual, donde la demanda de soluciones innovadoras crece, los gobiernos locales enfrentan el desafío de consolidar modelos que combinen proximidad, evidencia y participación ciudadana. Estas prácticas procuran optimizar el rol preventivo de las guardias, a la vez que contribuyen a una gestión más transparente y eficiente de las políticas de seguridad locales. 

La cercanía con vecinos y vecinas es clave, pero debe institucionalizarse progresivamente y tender al compromiso ciudadano en la materia. Fomentar instancias de diagnóstico participativo que sirvan de insumo para la producción e intercambio de información para la prevención del delito y las violencias es, sin dudas, el mayor desafío para los gobiernos locales. 

Algunas experiencias locales se orientan a talleres e instancias de formación participativas en el marco de campañas o programas de prevención. Otras iniciativas se orientan a la conformación de mesas locales de seguridad que sirven para la rendición de cuentas del municipio y también para afianzar el compromiso ciudadano.  

Un ejemplo que inspira es el de la Guardia Civil Metropolitana de São Paulo, que cruza datos delictuales con diagnósticos participativos para orientar el trabajo de los agentes. Esta ciudad logró impulsar varios proyectos de prevención comunitaria a partir de la vinculación de la guardia civil con las poblaciones más afectadas por el delito y las violencias.


Guardia Civil Metropolitana de S. Paulo. Foto: Marcelo Pereira/Secom/PMSP.

6. Gobernanza multiagencial: romper los muros que nos alejan

La seguridad local exige comandos integrados entre municipios, fuerzas policiales y el poder judicial. Esta articulación permite intercambiar evidencias delictuales y coordinar estrategias de control cruzado. Sin coordinación estratégica ni uso de evidencias para la toma de decisiones, las políticas locales tienden a ser fragmentarias, débiles e ineficientes. El caso de la mesa operativa conformada en el marco del programa Espacios Más Seguros, en Mendoza, muestra lo valiosas que pueden ser las alianzas multiagenciales.

7. Estrategias de comunicación y difusión 

Impulsar estrategias de comunicación pública y campañas de prevención a través de medios de comunicación y redes sociales mejora la rendición de cuentas y permite revalorizar el trabajo llevado a cabo por las guardias locales. En Quito, los agentes metropolitanos usan las redes sociales para informar sobre seguridad turística, combinando transparencia y pedagogía al mismo tiempo.


Rendición de cuentas de los cuerpos de Agentes de Control Metropolitano de Quito, Ecuador. 

¿Por qué importan estas máximas? 

Porque buscan convertir las guardias locales en eslabones estratégicos de un sistema de seguridad amplio, donde la prevención del delito sea tan prioritaria como el control del delito. Como muestran los casos referenciados, cuando los municipios invierten en datos, planificación y participación, los resultados se miden en confianza ciudadana y reducción de delitos.

(*) Mariana Foglia es Coordinadora del Programa Ciudades por la Seguridad en la Red de Innovación Local (RIL), Mariana Carbajo es Líder del mismo proyecto y Juliana Rodríguez se desempeña como facilitadora en el mismo programa.

Imagen principal: Canva Pro.