SAN MIGUEL, BUENOS AIRES
Un sistema de seguridad con participación ciudadana, clave para bajar la criminalidad en un municipio argentino

En menos de 10 años, el partido logró reducir los delitos en un 65% y hoy se posiciona como uno de los más seguros en el conurbano bonaerense. En diálogo con +Comunidad, funcionarios detrás de la estrategia contaron en qué consiste su modelo basado en la capacitación, la innovación tecnológica y la participación activa de la población. Localidades argentinas y de la región ya buscan replicar la política pública.

San Miguel seguridad

¿Cómo se mueve el delito en una ciudad a medida que avanza el día y cómo actuar en consecuencia? Una respuesta completa –no sólo basada en percepciones– exige un análisis con datos. Y esos datos, a su vez, deben estar basados en la evidencia. Para producirla, es necesaria la existencia de un sistema de seguridad preventivo que no deje nada librado al azar. Así lo entienden en San Miguel (Buenos Aires, Argentina), partido reconocido por bajar considerablemente sus índices de criminalidad durante el último decenio. 

En este municipio, habitado por más de 300.000 personas, hoy las fuerzas policiales actúan en función de patrones horarios “para mantenerse siempre cerca de la gente”. El mecanismo, que según las autoridades municipales podía parecer “obvio”, en realidad es implementado gracias a la existencia de un mapa del delito que provee estadísticas certeras. 

 “De 4 a 7 AM cubrimos las paradas de colectivo. Luego el sistema se mueve hacia los corredores escolares y después siguen los centros comerciales. Y así la seguridad se adapta al movimiento de la sociedad. Si bien el boca a boca ya demostraba demandas importantes, los datos explican muchas de esas sensaciones. Con ellos, podemos trabajar de manera focalizada para atacar el delito”, explica a +Comunidad Héctor Calvente, secretario de Seguridad en San Miguel. 

Para llegar a este escenario, que permitió bajar de 20 a 7 la tasa de homicidios en 9 años –entre otros índices–, el municipio pasó por numerosas instancias. Sorteando debates políticos, creó su propia Policía Municipal, estrenó innovaciones tecnológicas y reconfiguró su esquema de gobierno. También implementó incentivos para el personal, capacitaciones masivas y puso en marcha un programa distinguido internacionalmente por sumar participación ciudadana con seguridad pública. 

Con la voz de algunos de sus protagonistas, repasamos los pasos dados por San Miguel. ¿Cómo es armar un sistema de seguridad? ¿Por dónde empezar? ¿Cómo articular con las ciudades vecinas y con los gobiernos superiores? ¿Qué deben tener en cuenta las ciudades que deseen replicar el modelo? 

Centro de Operaciones de la Policía Municipal (COM). Fuente: Municipalidad de San Miguel.

El problema por resolver

“Esto arranca, más que con una inversión económica, con un problema de la comunidad. En el año 2007, cuando Joaquín de la Torre asume la intendencia, la gente comenzaba a quejarse con los gobiernos locales sobre la inseguridad. El municipio tenía cero respuesta y, ante cualquier situación, había que llamar al comisario. O sea, mirabas la situación de costado y tenías el 100% del problema”, cuenta Héctor Calvente. 

Aquel fue el inicio del diseño de un sistema de seguridad que, con el paso de los años, nunca dejó de evolucionar. Tras explorar alternativas, en 2009 hubo un punto de inflexión y se iniciaron las transformaciones de impacto. 

“Hubo una decisión política, acompañada por más fondos municipales y no sólo los que venían del Programa de Protección Ciudadana de la Nación. Empezamos con nuestras primeras cámaras y patrullas, pintadas de negro para distinguirlas. La gente comenzaba a darse cuenta y a mirarlo de forma positiva. Ya en 2011, se termina de consolidar la idea de que era necesaria una Policía Municipal”, relata el funcionario. 

En pocos años, el área de Seguridad pasó de ser una dirección a una subsecretaría y, finalmente, una secretaría. Al día de hoy, tiene grandes direcciones bajo su órbita, como Patrullas, Logística y Análisis de Imágenes. “Lo primero es la decisión política –insiste Calvente–. Nada se podría hacer sin los recursos, el acompañamiento institucional y el respaldo. No sólo se combate el delito, sino también la burocracia de las viejas estructuras”.

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Patrulla de la Policía Municipal. Fuente: Municipalidad de San Miguel. 

La Policía Municipal y mapa del delito

En 2014, el entonces gobierno de la provincia de Buenos Aires establecía la creación de policías locales en los municipios con más de 70.000 habitantes. Dentro del conurbano bonaerense, San Miguel fue el único partido que decidió no adherir y continuar su propio camino, iniciado 5 años atrás. Así, mediante una ordenanza del Concejo Deliberante, en julio de 2015 nació la primera Policía Municipal en la Argentina. 

“Si en ese momento hubiéramos ido al lugar cómodo de que nos manden 200 policías con sueldos pagos, hoy no existiría nada de lo que hay en San Miguel. Se eligió el camino difícil, afrontando todo con gastos municipales. Y para nosotros la Policía Municipal es complementaria de la bonaerense, aunque desde allí se diga que puede confrontar con su tarea. Nosotros estamos en la etapa previa del delito”, afirma Héctor. 

También en 2015, San Miguel creó su propio mapa del delito tras un homicidio ocurrido en febrero de ese año. Basándose en hechos reportados y observados –no sólo los denunciados–, la herramienta ordena el patrullaje de la Policía Municipal. “Nuestro mapa del delito no sería real si sólo nos basáramos en las denuncias registradas. Siempre instamos a que se hagan, pero igual incluimos en nuestra base de datos los hechos de los que tomamos conocimiento. El 12% es por nuestro personal en la calle, el 36% viene por “Ojos en Alerta” (ver más adelante) y el 52% por la escucha al 911”, aclara.

Gracias a esa planificación –según estadísticas municipales–, el sistema de seguridad cubre todo el territorio y está a 3 o 4 minutos de cada vecino/a. “El plan operativo que arma el jefe de la Policía se basa en el mapa del delito porque muestra las zonas en particular en donde hay problemas puntuales por abordar. No pensamos la seguridad de manera reactiva, sino de manera preventiva”, remarca. ¿Y cómo saber si el sistema no está funcionando? Esto ocurre, por ejemplo, si en una semana subieron los delitos “en zonas calientes, en horarios calientes y según su tipología”. 

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Diapositiva de presentación de San Miguel compartida con RIL.

¿Cuándo se dieron cuenta de que habían logrado pasar de luchar contra el delito a crear un verdadero sistema de seguridad?

– El proceso de crecimiento y mejoramiento es continuo. La mayor virtud de esto fue la continuidad y el trabajo en equipo con el objetivo común de brindar seguridad a los vecinos de San Miguel a través del municipio. Seguramente hoy tampoco seamos un sistema acabado; esperamos estar mucho mejor dentro de cuatro años. Antes, con sólo 15 patrullas y 200 cámaras, creíamos que ya éramos un sistema y ni siquiera teníamos el mapa del delito. Entonces lo que en 2013 era un sistema para nosotros, en 2016 ya era algo completamente distinto porque había crecido. Y así sigue pasando. 

– ¿Cómo funciona la articulación con otros municipios vecinos, en donde el límite no es más que una calle y los índices de criminalidad son más altos?

Nos encantaría poder articular con Moreno, José C. Paz, Malvinas o Hurlingham, que mantienen una unidad de vida impresionante con San Miguel. Pero depende de decisiones políticas, y ellos no han decidido tomar la seguridad como nosotros. Si tuvieran su propio mapa del delito, áreas de análisis de datos y de conclusión de casos, podríamos trabajar de forma mancomunada y accederíamos a la misma información. Podríamos duplicar, con un mismo recurso, toda nuestra fuerza operativa. Todavía no hay una conciencia a nivel municipal de todo lo que se puede hacer en materia de seguridad. 

– ¿Qué más tiene que mirar una ciudad, desde su propia realidad, para implementar un modelo como el de San Miguel?

– Luego de la decisión política y de los recursos, tiene que haber las personas idóneas para ejecutarlos. No elegir los cargos con base en la política, sino especialistas. Todo el equipo está lleno de técnicos. Es muy importante no contaminar políticamente un área como Seguridad. 

Trabajar con la comunidad

En 2016, el sistema de seguridad de San Miguel sumó un nuevo componente: la participación ciudadana. “La Policía municipal venía funcionando muy bien, pero existía el problema de la falta de confianza y la falta de comunicación con la población. Primero intentamos involucrar a taxistas con radios para que den aviso de hechos delictivos en las calles, pero era muy costoso. Luego surgió la idea de utilizar WhatsApp, que cada vez más gente lo usaba y gratis. Empezamos las pruebas pilotos y de a poco comenzó a andar”, contó a +Comunidad Cristian “Piojo” Méndez, creador de “Ojos en Alerta”. 

En pocas palabras, el programa involucra a la ciudadanía en la prevención de los delitos. Mediante mensajes instantáneos, dan aviso al Centro de Operaciones Municipal (funciona las 24 horas) para que llegue de inmediato un personal de seguridad. Hoy es utilizado por más de 150.000 vecinos/as en San Miguel, quienes reciben capacitaciones acerca de su dinámica. El crecimiento fue exponencial: en sus primeros años, contaba con 10.000 personas inscriptas; en 2020 ya eran 100.000 y hoy son más de 500.000 involucrados/as en 24 municipios argentinos. 

“Vino a solucionar un problema fundamental del sistema de seguridad, que era la distancia con la comunidad. Cuando ambas cosas se unen, la potencialidad es infinita”, aportó Héctor Calvente. Sin embargo, advirtió que “Ojos en Alerta” es una herramienta que acompaña la existencia de un sistema de seguridad previo “porque no son cosas aisladas”.

“Es muy importante que los municipios tengan capacidad de respuesta y que puedan brindar capacitaciones antes de replicar el programa. Una vez en marcha, genera un cambio de comportamiento y compromiso entre la gente”, observó “Piojo”. 

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Fuente de imagen: “Ojos en Alerta”. 

Planificación, incentivos y resultados

En 2004, San Miguel lideraba el ranking de los delitos más graves en la provincia de Buenos Aires. Al día de hoy, su tasa de homicidios es prácticamente la mitad a la media en el conurbano bonaerense. Incluso, es casi cinco veces menor que la de partidos vecinos. Otros incidentes, como el robo y el hurto automotor, también cayeron considerablemente desde que se empezaron a medir, en 2013. (Ver cuadros en la nota).

Finalizando 2022, la inversión en Seguridad abarca el 9% del presupuesto municipal anual ejecutado (a principios de año, estaba presupuestado el 7,1%). “Hay que entender la reducción de los índices como una película y no como una foto. Por momentos un delito puede crecer, pero lo que miramos es la continuidad. Y eso da que de 2013 a 2021, el delito en San Miguel en líneas generales se redujo un 65%”, informó Héctor Calvente. 

“Con una política pública te podés ocupar de la inseguridad. Se habla mucho de la multicausalidad de la inseguridad. Si bien otras áreas del Estado las tiene que ocupar, el problema de la inseguridad se soluciona con una política pública de continuidad en la materia. Es lo que hay que hacer a nivel municipal, provincial y nacional. Es importante salir de la discusión de que no se puede, y ocuparse realmente con decisión política y acompañamiento de recursos”.

Héctor Calvente, secretario de Seguridad en San Miguel.

– ¿Cómo es la metodología de trabajo en el área de Seguridad?

– Nuestra planificación es de 7 días; el plan operativo es de jueves a jueves. Los lunes nos reunimos con todo el equipo y revisamos qué pasó en los últimos 7 días. Arrancamos especialmente por el fin de semana, a ver si hay que reformular algo. Se revisa cada una de las áreas, y Auditoría presenta 7 casos a ver cómo funcionó el sistema. Yo, como secretario, no conozco ninguno de esos casos que se van a presentar porque el objetivo es mostrar si el plan se cumplió o no se cumplió. El paso siguiente es que todo el equipo se vuelva a reunir el día jueves, que es cuando se comunica un nuevo plan de operaciones. También nos juntamos con la Policía de la Provincia de Buenos Aires, el jefe de estación y los comisarios. En resumen, los lunes son de revisión y los jueves son de comunicación de planificación. Si bien en el medio hay variaciones, nuestras agendas están atadas a eso. Es la base de lo que nadie que trabaja en la Policía Municipal puede dejar de hacer. 

Diapositiva de presentación de San Miguel compartida con RIL.

– ¿Cuáles son las métricas? ¿Y qué incentivos tiene el equipo para trabajar de forma eficiente?

– Todos trabajan con metas. Todos tienen objetivos que cumplir. ¿Cómo funciona un sistema operativo? Identificando situaciones sospechosas, antes de que se cometa un delito. Por ejemplo, una patrulla tiene que identificar a 20 personas durante su turno de 8 horas; un vigilador y una moto, 10. Su premio al desempeño tiene que ver con la cantidad de identificaciones de situaciones sospechosas, con resultado positivo. El que cumple las metas y trabaja bien, recibe un estímulo en el recibo de sueldo. No es lo mismo el que trabaja bien que el que trabaja mal. Esto por supuesto requiere de un trabajo y de un control permanente de directores y del Área de Auditoría. Si una patrulla cumplió con sus 20 identificaciones por turno, y de esas ninguna terminó en una aprehensión, es porque no se está cumpliendo. 

¿Cómo se identifican esos casos sospechosos? ¿Cómo funcionan las aprehensiones por prevención?

– La aprehensión por prevención es cuando detectás que una persona tenía drogas, un arma blanca o de fuego, un vehículo sin papeles, o tenía pedido de captura. Nada es al voleo, y al personal se lo prepara y se lo capacita para detectar situaciones sospechosas, basándose en la experiencia. Por eso, si alguien cumple con su cantidad de identificaciones, pero no tiene ninguna aprehensión por estas razones, es porque no lo capacité bien o porque está identificando sin la real detección de una situación sospechosa. Entonces miramos la cantidad de identificaciones y la cantidad de resultados positivos. No se trata de agregar varios DNI para cumplir la meta. A esto le sumamos que nuestras patrullas tienen una cámara en su exterior. Entonces, ante cualquier duda, se corrobora. Es decir, el sistema tiene un plan de operaciones, pero también uno de control. Si no, se puede desmadrar todo y en 10 días ya no tenés sistema de seguridad. 

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Diapositiva de presentación de San Miguel compartida con RIL.

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Imagen principal: fuerzas de Seguridad de San Miguel. Fuente: Municipalidad de San Miguel. 
Redacción +Comunidad.