EDUCACIÓN
En Concordia, un club de robótica promueve el desarrollo tecnológico en niños, niñas y adolescentes

El espacio fue por creado por la Dirección de Innovación y Economía del Conocimiento de la Municipalidad de Concordia, para impulsar y fomentar el desarrollo de habilidades del siglo XXI, como la robótica, en niños, niñas y adolescentes de la ciudad.

Inspirada en promover la educación con enfoque en ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas, la Dirección de Innovación y Economía del Conocimiento de la Municipalidad de Concordia, pone a prueba el primer Club de Robótica de la ciudad. 

El propósito de esta iniciativa que aún está en su fase piloto es proveer a niños, niñas y adolescentes de Concordia, una localidad de Entre Ríos, en Argentina, el desarrollo de habilidades del siglo XXI: programación, robótica y pensamiento crítico entre otras. 

En el marco de su inauguración el Senado de la Provincia de Entre Ríos declaró de interés educativo al Club de Robótica de Concordia, por su aporte y contribución al desarrollo de habilidades tecnológicas y al futuro de la educación en la región.

Génesis del Club de Robótica de Concordia

Andrea Solari, Coordinadora de Educación en Robótica dentro de la dirección, cuenta que hace dos años uno de sus hijos le expresó su deseo de hacer robótica, buscó por todos lados pero no consiguió un espacio para que el niño pueda explorar esta ciencia.

Al poco tiempo de ese intento fallido, Andrea recibe el llamado de Pedro Kohn, Director de Innovación y Economía del Conocimiento de la ciudad, quien la invita a participar como coordinadora de un proyecto en ciernes: el Club de Robótica de Concordia. 

“Durante el período de investigación nos encontramos con la Escuela de Robótica de Misiones, después de muchos encuentros con su personal, nos dimos cuenta que podíamos hacer lo mismo o algo similar en nuestra ciudad”, comenta Andrea.

Imagen: Dirección de Innovación y Economía del Conocimiento de la Municipalidad de Concordia.

Luego, a través de una convocatoria municipal, la dirección junto a Ticmas capacitó a 100 docentes, de 400 que manifestaron querer ser parte de esta iniciativa, a través de cuatro encuentros: tres fueron sincrónicos de manera virtual y uno presencial.

De esa etapa Andrea expresa que “la capacitación constó de una introducción teórica a la robótica educativa, la programación y el pensamiento computacional; también de una jornada en la que los y las docentes aplicaron todos los conocimientos adquiridos”.

De esas 100 personas que quedaron seleccionadas, 50 participaron de la formación, y sobre ese número seleccionaron a los y las ocho docentes que hoy son las y los “entrenadores” del club, una figura que acompaña el aprendizaje de los participantes.

Robótica, pero también, cooperación, creatividad y práctica

El club está dividido en cuatro grupos, sus ocho entrenadores están agrupados en parejas, cada una de ellas está a cargo de un grupo, a partir de ahí todos trabajan con una plataforma educativa de Ticmas, en donde ponen en práctica lo aprendido.

Martes, miércoles y jueves los y las participantes, de entre 9 y 12 años, tienen la oportunidad de aprender a diseñar, construir y programar robots, así estimulan su pensamiento lógico y habilidades para resolver problemas desde una edad temprana.

“Teníamos lugar para 100 niños y niñas, se anotaron 240, para la selección no nos detuvimos en habilidades, sino en la motivación y disponibilidad de participación,  la regularidad es un requisito para ser parte”, aclara Andrea y agrega: “Fue muy difícil”.

Imagen: Dirección de Innovación y Economía del Conocimiento de la Municipalidad de Concordia.

Además de evaluar la motivación y disponibilidad, la coordinación consideró que haya uno o dos representantes de las diferentes escuelas de la ciudad, también que haya presencia de hombres y mujeres, para garantizar un espacio diverso y descentralizado.

“Estos chicos y chicas tienen la posibilidad de ver que hay otras formas de estudiar y trabajar a través de lo lúdico, no es algo teórico, estructurado y aburrido, ellos aprenden haciendo”, explica Andrea sobre la dinámica de aprendizaje empleada en el club.

Andrea expresa que a partir de esta iniciativa, desde la Dirección de Innovación y Economía del Conocimiento de Concordia se anticipan para que el día de mañana la población joven ya tenga adquiridas estas competencias y habilidades del siglo XXI.

El club en palabra de sus “entrenadores”

Jorge es Técnico en Sistemas Digitales y Controles Automáticos y uno de los ocho entrenadores del Club de Robótica de Concordia, él cuenta que nunca había trabajado con niños y niñas, pero al hacerlo se llevó una grata sorpresa: “Siempre quieren más”. 

“La experiencia es muy buena, están en continuo aprendizaje, nosotros les enseñamos la programación por bloques; ellos quizá no se den cuenta que de esta manera les generamos y fomentamos el interés y el aprendizaje”, explica Jorge sobre las clases.

Ileana también es una de las entrenadoras del club, ella expresa que su participación es una experiencia enriquecedora, que le permite inspirar y guiar a las personas que asisten, al mundo de la tecnología a través de la creatividad y aprendizaje constante. 

Perspectivas del proyecto a futuro 

Andrea Solari  remarca que hay una gran motivación para que esto siga, por parte de la dirección, de los entrenadores, pero sobre todo de madres, padres y niños: “ La motivación es un eje para que esto crezca y siga, por eso estamos muy entusiasmados”. 

“A futuro nuestra idea es que estos chicos y chicas que hacen esta prueba piloto de introducción a la  robótica educativa hagan un curso más avanzado el próximo año, entonces ya tenemos esa matrícula”, explica Andrea sobre el futuro del club. 

 “Eso nos permitirá llamar a quienes quedaron afuera de esta primera instancia, y que ahora forman parte de una lista de espera, para que hagan la introducción que realizaron los niños y niñas estos últimos meses”, agrega la coordinadora del proyecto.

Un paso hacia el desarrollo económico y tecnológico local

En un primer balance Andrea cree que, si bien desde la dirección han impulsado diferentes iniciativas alrededor de la innovación tecnológica, deben acercar aún más estos temas a la población, para generar y lograr un sentido de pertenencia con ellos.

“Queremos que estas capacidades le aporten a la ciudad, tanto en su desarrollo humano como económico; que estos futuros jóvenes tengan la seguridad de que si quieren hacer algo lo puedo hacer acá y no tener que emigrar para hacerlo afuera”, refuerza.

Frente a una prueba piloto aún en desarrollo, Andrea piensa en cuántos niños y niñas hay como su hijo, con el deseo de aprender robótica, desde ahí concluye que el éxito de esta propuesta fue cubrir una necesidad de la ciudad que no se sabía que se tenía. 

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Imagen principal: Unsplash.