SOTUTA, MÉXICO
Un grupo de mujeres recupera huertos familiares para impulsar la economía local

SOLARES Huertas Agroforestales surgió como una alternativa laboral para las vecinas y los vecinos de un pueblo que, a raíz de la pandemia por Covid-19, se quedaron sin trabajo.

solares

Cristina apenas comió algo de tortillas de maíz el día que llamó a Daniela y le pidió prestados 200 pesos mexicanos (11 USD), eso fue los primeros días de marzo de 2020, y la pandemia ya mostraba sus consecuencias en la ciudad de Sotuta, en Yucatán, México. 

El impacto de la pandemia en la economía local de las ciudades cercanas a la Riviera Maya, uno de los principales destinos turísticos de la zona y el país, fue inmediato porque muchas personas se quedaron sin su principal y única fuente de trabajo.

Daniela le prestó a Cristina sus últimos ahorros y le aconsejó recuperar un huerto familiar, al que en Sotuta llaman solares, para sembrar y cosechar comida para poder comer esos meses, y así nació la colectiva SOLARES Huertas Agroforestales.

Rescatar solares para impulsar la economía local

La colectiva hoy está formada por mujeres agricultoras de Sotuta, que retoman el conocimiento heredado de sus abuelas, sobre cómo cuidar y cultivar la tierra, para impulsar y fortalecer la economía familiar y local a través de la producción de alimentos. 

Lo hacen a través de huertas familiares, donde los cultivos que trabajan se basan de acuerdo a sus temporadas, así cosecharon desde cilantro, lechuga, acelga y rábano, también maíz, tomate y calabaza; hasta albahaca, rúcula y orégano entre otras plantas.

Daniela Mussali, Directora Ejecutiva de Cultiva Alternativas de Regeneración, proyecto que impulsó la creación y proyección de SOLARES Huertas Agroforestales, expresa que esta iniciativa además permite que sus integrantes logren independencia económica. 

solares
Daniela Mussali, Directora Ejecutiva de CULTIVA, colocando un cartel. Imagen: SOLARES.

Dinámica de trabajo cotidiana

El trabajo parte de cinco huertas que producen alimentos para toda la colectiva. En ellas trabajan 17 personas que dividen sus tareas en 7 instancias: cultivar, cosechar, cocinar, empaquetar, vender, administrar y publicitar

La forma que encontraron para hacer de SOLARES una alternativa sostenible de trabajo remunerado, fue crear productos agroforestales de temporada, aprovechando la materia prima que ellas mismas cosechaban, y comercializarlos en pueblos vecinos.

De esa forma surgió el Centro de Transformación para la Soberanía Alimentaria, en ese espacio las mujeres elaboran diferentes tipos de productos, como las hojuelas de habanero, que actualmente las venden en el Aeropuerto Internacional de Mérida.

Además de su producto estrella, que son esas hojuelas de habanero, la colectiva vende salsa macha, una mezcla de chiles secos ahumados, cacahuates, pepitas de calabaza y ajonjolí, que se puede usar para acompañar tacos o huevos revueltos.

Los tomates confitados, la miel con cúrcuma y las mermeladas con frutas de estación también son productos que comercializan en exposiciones y ferias gastronómicas, de esa manera también intentan recuperar antiguas formas de economías solidarias. 

Alrededor de este proyecto hay múltiples propósitos, además de promover la soberanía alimentaria e impulsar la economía local, otro de los objetivos de la cooperativa es incentivar a que las y los jóvenes no se vayan de Sotuta por falta de oportunidades.

solares
Presentación de su producto “hojuelas de habanero”. Imagen: SOLARES.

Inspirar a más jóvenes en Sotuta

Para que las personas no se vayan y cada vez haya más mano de obra en el pueblo, Daniela cuenta que armaron un programa de capacitación para jóvenes de Sotuta: Comunidad Escuela Campesina de Agricultura Regenerativa y Agroforestería Maya.

“A través de este programa les enseñamos a diseñar e implementar los sistemas agroforestales en nuestros solares, para que sean ellos mismos quienes puedan replicarlos, mantenerlos y luego capacitar a otras personas de la ciudad”, dice Daniela Mussali, Directora Ejecutiva del Proyecto.

Para garantizar su futuro SOLARES ha trabajado de forma conjunta con organizaciones como Pollination Project, Fondo de Cooperación para los Derechos Humanos de la Embajada de Irlanda y el Fondo de Agroecología de la Península de Yucatán entre otras.

solares
Mujeres que trabajan en el Centro de Transformación para la Soberanía Alimentaria. Imagen: SOLARES.

Desafíos, limitaciones y perspectiva a futuro

“Un desafío a futuro es lograr que nuestros productos sean accesibles para la población local, pero de momento eso no es del todo posible, tenemos que tener productos a un precio que también pueda sostener el trabajo de estas mismas personas”, dice Daniela. 

Mientras encuentran ese equilibrio, Daniela y su equipo buscan otras formas de financiamiento para garantizar la permanencia de la colectiva y sus subproyectos, como el Centro de Transformación para la Soberanía Alimentaria de Sotuta. 

En esa línea, otro desafío que tiene por delante SOLARES, es el de formar una organización de segundo nivel, para hacer una estructura de captación de fondos, que les permita poder sostener todo el trabajo que realizan las personas de la cooperativa.

solares
Mujer muestra su cosecha de tomates. Imagen: SOLARES.

SOLARES y su impacto positivo en Sotuta

El impacto de esta iniciativa en Sotuta fue positivo, la joven cuenta que en plena pandemia, en un contexto en donde todas las personas a su alrededor “se las estaban viendo negras”, a ellas les empezó a ir muy bien emprendiendo en SOLARES.

“Comenzamos a recuperar y montar los solares, a comprar e intercambiar semillas y en cuatro meses a cosechar acelgas, y esto generó un gran impacto en las personas de la comunidad, porque al ver cómo nos iba también querían hacer lo mismo”, agrega. 

Daniela confiesa que las lecciones más valiosas de su vida se las dio el grupo de mujeres que lleva adelante la colectiva, hace unos días una de ellas le dijo: “Trabajar la tierra es difícil, hay que darle mucho, pero si tú le das, ella nunca te va a fallar”. 

Imagen de portada: Katia Rejón.