INTERVENCIONES SOCIALES
“Vivienda Primero”, una innovación en el diseño de políticas y servicios para personas sin hogar

El sistema reconoce la entrega de viviendas a personas en situación de calle como la medida más efectiva para lograr su reinserción en la sociedad. Tras implementarse en varias ciudades estadounidenses y europeas, el modelo recibe cada vez mayor atención mundial como una solución habitacional viable.

Millones de personas viven sin hogar en ciudades de todo el mundo. Gobiernos nacionales, locales y organizaciones civiles suelen destinar cuantiosos recursos en busca de soluciones, pero no siempre tienen éxito. En ese contexto, el enfoque “Vivienda Primero” (Housing First) ha ganado terreno a nivel internacional como una forma innovadora de abordar el problema y lograr cambios de impacto. 

Originada en Nueva York en la década de 1980, se trata de una metodología de intervención social que reconoce la falta de vivienda como la causa principal de muchas de las dificultades que enfrentan las personas sin hogar, incluyendo las alteraciones en la salud mental y física, la adicción y la delincuencia. En lugar de tratar antes estos problemas, “Vivienda Primero” se dirige directamente a la necesidad más apremiante: vivir en una casa. 

El enfoque se basa en la idea de que todas las personas merecen un hogar seguro y estable, y se aleja del modelo tradicional de alojamiento temporal y de emergencia como la principal respuesta ante la falta de vivienda. De hecho, considera que es un derecho humano y una condición previa –y necesaria– para la inclusión social. 

“La vida en la calle se reduce a un ámbito muy pequeño: la supervivencia. Uno de los problemas que existe ahora mismo en los servicios sociales que se ocupan de las personas sin hogar es que se las motiva poco para cambiar a mejor. Si desde el primer momento le das una vivienda a esa persona, le va a interesar mucho participar para mejorar su vida”, asegura Sam Tsemberis, psicólogo clínico creador de “Housing First”. 
En el mundo hay cada vez más programas basados en esta visión. Ciudades de Estados Unidos, Francia, Finlandia y Austria comprobaron reducciones de “sinhogarismo”. Latinoamérica, Chile lleva la delantera en la adopción de la estrategia.

Vivienda primero.
Sam Tsemberis expone su modelo en una charla TEDx. 

En colaboración con organizaciones

Combinado con un paquete flexible de apoyo adaptado a sus necesidades, “Vivienda Primero” busca proporcionar a las personas en situación de calle un hogar lo más rápido posible. Y esto debe ser –según sus propulsores– de forma independiente a su situación laboral, adicciones o trastornos de salud mental. 

El enfoque se puso en práctica en Francia por primera vez en 2011 mediante un proyecto piloto para cuatro ciudades. Tras los primeros resultados exitosos con personas que sufrían enfermedades psiquiátricas, el plan se extendió en 2017 a 23 gobiernos locales. Y allí fue el turno de Lyon, cuya experiencia hoy es reconocida internacionalmente. 

El éxito de “Housing First” depende en gran parte de la colaboración entre los gobiernos locales con otras agencias. Así, la idea es trabajar con una amplia gama de organizaciones para conseguir viviendas compartidas, apoyo financiero, atención médica y otros servicios para ayudar a las personas a recuperar su independencia. 

Gracias a esas condiciones, Lyon  cuenta con una importante oferta de vivienda social pública agrupada en un polo metropolitano. La ciudad estableció como grupos prioritarios a personas durmiendo en la intemperie, en refugios o alojamientos temporales; en riesgo de quedarse sin techo al ser dadas de alta de una institución; aquellas que viven temporalmente con familiares o amigos por falta de alternativas; y a personas viviendo en casillas improvisadas. 

Según los informes, en su primer año, el programa “Logement d’Abord” (Vivienda Primero, en francés) ha sido muy efectivo en Lyon. Ayudó a alojar a más de 400 personas sin hogar y la ciudad estableció objetivos para ampliar la estrategia: 

  • Reducir a la mitad el número de personas en situación de calle.
  • Proporcionar a cada joven sin hogar una solución habitacional y el apoyo que necesita para independizarse.
  • Garantizar que nadie salga de una institución de internado sin una solución de vivienda.
  • Detener los desalojos de viviendas públicas y privadas por problemas económicos o psicosociales sin la provisión de viviendas alternativas. 
Vivienda en Lyon, Francia.
El programa “Logement d’Abord” en Lyon, Francia. 

La vivienda en la experiencia finlandesa

En 2007, el gobierno de Finlandia puso en marcha el modelo “Housing First” para acabar por completo el flagelo del “sinhogarismo”. Tras partir de una base de cerca de 20.000 personas contabilizadas en esa situación, en 2021 ya eran menos de 5.000. Y las autoridades esperan que el número se reduzca a cero para 2027. 

Desde que empezó a implementar la metodología, las ciudades finlandesas fueron eliminando poco a poco los refugios temporales. Siempre con la idea de que las personas “sólo serán capaces de rehacer sus vidas cuando tengan una vivienda permanente”.

“Solíamos pensar que la gente necesitaba estar sobria de alguna manera para poder vivir en un piso. Pero luego cambiamos eso: necesitas un apartamento para estar sobrio”, reflexionó el alcalde de Helsinki, Jan Vapaavuori.

Si bien el programa requiere altas inversiones por parte del Estado, el gobierno asegura que tiene efectos positivos para la economía del país. Además de que en Finlandia las personas beneficiadas abonan una parte de sus alquileres, se constató que al haber menos familias en las calles, se reduce el uso de servicios como emergencias, policía y asuntos judiciales. Todo ello se traduce en un ahorro y un gasto público más eficiente. 

Vivienda Finlandia.
Viviendas colaborativas en Helsinki, Finlandia.

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Imagen principal: Home Silk Road and Housing First, Lyon, Francia. Foto: UIA Initiative EU.
Redacción +Comunidad.