CÓRDOBA, ARGENTINA
Aprender jugando: una apuesta para mejorar la salud alimentaria infantil en sectores vulnerables

Desarrollaron un programa de educación alimentaria con el fin de aumentar el consumo de frutas y verduras en niñas y niños. Los impulsores buscan que el proyecto, que abarca juegos e inclusión financiera, escale a toda Latinoamérica.

Representación de los juegos propuestos.

¿Qué y cómo comen los niños y niñas en la ciudad de Córdoba? Esta fue la pregunta que llevó al equipo conformado por el Laboratorio de Innovación Pública y Social de la Municipalidad (CorLab) y el emprendimiento PONIIO –dedicado a la práctica, difusión y sostenimiento de métodos de producción de alimentos saludables– a detectar una problemática preocupante: el consumo de frutas y verduras entre las infancias de sectores vulnerables, en la segunda ciudad más habitada de Argentina, es sólo un 10% de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“LUDiK”, antes llamado “PRODEA”, es el proyecto que ideó para ello una solución novedosa y que fue premiado entre los tres mejores en el Concurso de Innovadores Locales 2021.

Educación y más

La propuesta incluye juegos, educación, cultivos y reciclaje para lograr –explicaron los protagonistas– tanto inclusión financiera como soberanía alimentaria.

“Planteamos el desarrollo de un modelo educativo y productivo estandarizado que permita su escalabilidad. Este modelo integral lúdico de bajo costo estará compuesto por cuatro kits: huertas urbanas, biocomposteras, tratamiento de residuos sólidos urbanos y producción de huevos”, planteó Ramiro Argañaraz, coordinador general del proyecto LUDiK.

El desafío principal es que los niños y niñas de sectores vulnerables en la ciudad de Córdoba alcancen una ingesta diaria de frutas y verduras de 400 gramos diarios, que es la recomendación mínima internacional.

“Lo realizaremos a través de la educación alimentaria nutricional y del aprendizaje lúdico, caminando hacia la soberanía alimentaria desde la producción sostenible y sustentable”, definió Maribel Coseano, especialista consultada como integrante de la comisión de Responsabilidad Social del Colegio de Nutricionistas de Córdoba.

Modelos de triple impacto

¿Qué implica el programa? Los más pequeños aprenderán jugando y generarán su propio alimento, en forma educativa, para que puedan conocer la cadena de producción de los vegetales y los materiales necesarios para preparar los alimentos.

Para que sea posible, la iniciativa incluye kits, herramientas, guías y capacitaciones. “Buscamos que sean de fácil construcción y distribución, bajo modelos de triple impacto. Para implementar la propuesta, capacitaremos a tutores que apadrinen a niños y niñas en cualquier parte de Latinoamérica”, ahondó Argañaraz.

La red de cambio

El equipo seleccionó como espacio para realizar una prueba piloto de la propuesta al centro cultural y social La Quadra, ubicado en el barrio Güemes de la capital cordobesa.

“Hablamos de un problema de seguridad alimentaria que pone en riesgo la salud y la calidad de vida de las futuras generaciones. Gracias a la metodología del design thinking, pudimos validar que la hipótesis inicial de integrar dos tecnologías como la hidroponía y el biogás a través de un modelo de granjas urbanas renovables no era viable ni escalable. A partir de esto, creamos una red de cambio en donde se integraron sectores con el expertise necesario”, repasó Juan Pablo Las Heras, cofundador de PONIIO.

Fuente de imagen: ISO Tools.

La red de cambio también fue valorada especialmente por Argañaraz, que como diseñador industrial vio que cada etapa del Concurso (*) les proporcionó “aprendizajes útiles y necesarios”. “Juntamos a un montón de actores que son expertos en el tema y no estaban trabajando de forma articulada. Las etapas nos ayudaron para introducir modificaciones y seguir. La red de cambio fue de lo mejor; un paso firme”, calificó el profesional. “Esta metodología y forma de ver la problemática es súper valiosa y se puede llevar a la práctica con cualquier idea. Es lo más enriquecedor”, añadió Las Heras.

Las organizaciones involucradas en la red de cambio son Asociación Civil Con-tenedor, Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI) Colegio de Nutricionistas de Córdoba, Centro de Obras y Servicios de Córdoba (COYS), Espacio Cultural y Social La Quadra, Facultad de Nutrición – Universidad Católica de Córdoba, Fundación Alimendar, Fundación AVINA, INTA Córdoba y Valeria Churba.

Una semana de inspiración

Los miembros del proyecto premiado viajaron a Nueva York para expandir sus horizontes y se encuentran en busca de financiamiento.“Queremos empoderar a niñas y niños, acompañando en el proceso de transformación para que siembren las semillas que forjen su futuro”, es su frase de presentación ante el mundo.

(*) El Concurso de Innovadores Locales fue organizado por RIL, Ashoka, CoLab y Vía Educación, y cuenta con el apoyo de Pes Latam e IBM.