OPORTUNIDADES Y DESARROLLO
Éxodo joven: pueblos y ciudades pequeñas se reinventan para no desaparecer

La despoblación es un fenómeno que afecta principalmente a áreas rurales en muchos países. Con soluciones innovadoras, algunas localidades pudieron revertir la tendencia. Pero otras todavía lo siguen intentando.

El pequeño pueblo de Belmonte Calabro seguía el mismo destino que cientos de parajes en el sur de Italia: su extinción parecía inevitable. Durante décadas, la falta de oportunidades y servicios empujó a las generaciones más jóvenes a emigrar a ciudades más grandes. Ante el declive demográfico, en 2006 una iniciativa privada a pequeña escala se propuso salvar a esta localidad de la región de Calabria. Y, tras unos años de actividad, generaron un nuevo modelo de emprendedurismo turístico que logró revertir el despoblamiento.

Tras percibir que el municipio no dejaba de perder habitantes, un grupo de amigos decidió reconvertir la economía local sin perder las tradiciones. Adquirieron varias casas abandonadas en remate, las reacondicionaron y las convirtieron en un “hotel extendido” conectado por las callejuelas del centro histórico. “Es mejor encender un fósforo en la noche que maldecir la oscuridad”, reflexionaba Giusseppe Suriano, uno de los impulsores de la reinvención. 

El modelo innovador de hospitalidad entusiasmó a otros vecinos, quienes decidieron sumar sus viviendas al proyecto. “De ruina a pueblo extenso que ha atraído la atención de la prensa internacional”, calificó el diario La Repubblica en 2018. Hoy la localidad, erigida sobre las aguas azules del mar Tirreno, vuelve a acercarse a los 3.000 habitantes. Y es reconocida por su sustentabilidad ambiental, además de preservar el patrimonio cultural. 

Belmonte Cabraro se erige sobre el mar Tirreno. Fuente de imagen: Agoda.

Innovación contra el éxodo

En España, otra nación severamente afectada por el despoblamiento rural, también hay experiencias que consiguieron menguar la emigración joven. Pero son pocas y llevaron mucho tiempo, coinciden los especialistas. 

Un caso es el de Añana, País Vasco, un pueblo que estaba a punto de desaparecer. A fines de los 90, una iniciativa ciudadana revitalizó la mina de sal local –la más antigua del mundo– y consiguió levantar el interés por el lugar. “Se crea empleo, fija la población joven y asegura el futuro”, destacaron sus propulsores al exponer el caso como un modelo de “cultura como antídoto contra la despoblación”. 

Elaboradas por una organización dedicada a la innovación social en el campo, un artículo del diario El País contiene 12 ideas para revitalizar los pueblos. “Hay una tendencia real por venir a zonas rurales, de gente joven y de origen urbano. Pero tienen incertidumbres”, observó el director Joaquín Alcalde

Entre sus propuestas, se encuentran la creación de un mapa inmobiliario de oportunidades; el desarrollo de plataformas que faciliten la movilidad; la especialización de cuidadores y de docentes; el fomento de nuevos modelos de turismo rural; y el intercambio de experiencias de gobierno a modo “Erasmus”. “El objetivo es conseguir territorios dinámicos y con calidad de vida”, resaltaron. 

Las salinas hacen renacer al valle de Añana, en País Vasco. Fuente: Turismovasco.com

Contra el “vaciamiento”

Si bien la pandemia de coronavirus implicó un breve respiro contra el éxodo joven del campo, el declive demográfico continúa marcado en el interior español. “Vemos los pueblos como un lugar idílico con paisajes únicos, pero no olvidemos que allí viven seres humanos. Cuando hablamos de despoblación, hablamos de un problema de servicios, de desequilibrio y de falta de oportunidades”, denunció Secundino Caso, presidente de la Red Española de Desarrollo Rural. 

Entre esos servicios, además de las indispensables sanidad y educación, se encuentra el acceso a internet. “Hay avances, pero muy lentos. Los pueblos que no logren convertirse en un territorio rural inteligente, con alta conectividad, van a desaparecer”, sentenció el especialista Manuel Campo Vidal, en marzo de 2022, con motivo del tercer aniversario de una gran manifestación para llamar la atención sobre la llamada “España Vaciada”. 

Decenas de poblados intentan no desaparecer del mapa mediante la venta a bajo precio –en algunos casos casi regalada– de terrenos. Por ejemplo, la localidad de Ruecas (660 habitantes, Extremadura) empezó a ofrecer solares a 30 euros el metro cuadrado para levantar empresas o casas. “Hemos perdido a 45 vecinos en los últimos 4 años. Hay que aumentar la población como sea”, comentó en agosto de 2022 el alcalde local, Antonio Aguilera.

Existen casos similares en otros territorios europeos. Y si bien suelen ser seguidos por la prensa internacional, evitar el despoblamiento requiere de más medidas. “Los jóvenes son el futuro y pueden ser la esperanza para estos territorios. Hay subvenciones para empezar proyectos en zonas despobladas, pero los requisitos pueden ser exagerados. Debería haber más facilidades”, señaló un informe de RTVE. 

Manifestación de la “España Vaciada”, en marzo de 2019. Fuente: RTVE. 

Experiencias argentinas

A pesar de ser un país con una gran matriz agrícola, en Argentina sólo el 8% de la población vive en zonas rurales. La asociación Civil Responde (Recuperación Social de Poblados que Desaparecen) se dedica a investigar el tema y a fomentar la creación de oportunidades que eviten el éxodo joven, preservando las identidades locales. 

“La persona del pueblo que se siente obligada a emigrar en busca de oportunidades laborales corta sus raíces culturales y el desarraigo lo acompaña durante el resto de su vida. Y en las ciudades suelen obtener empleos mal remunerados”, analizó la investigadora Marcela Benítez, fundadora de la ONG. 

Existen varias iniciativas para evitar el despoblamiento rural –también urbano– en distintas regiones de Argentina, tanto desde gobiernos locales como de la sociedad civil. Dentro de este último grupo se encuentra un proyecto dirigido por jóvenes en la provincia de Misiones. Mediante una cooperativa agroecológica, su intención es convencer a otros jóvenes de que es posible quedarse en el campo y trabajar la tierra. Numerosas chacras adhirieron a la propuesta e, incluso, algunas personas ya retornaron. 

El diario alemán DW contó la historia de la agrocooperativa misionera para retener a los jóvenes. Video.

Con la mira en la población joven, algunos pueblos y ciudades crean espacios de articulación con las empresas para exhibir las ofertas laborales activas. Por ejemplo, en septiembre de 2022 Olavarría (100.000 habitantes, Buenos Aires) desarrollará la “Exposición Formación + Empleo” con el fin de acercar propuestas de carácter industrial y rural. En Goya (78.000 habitantes, Corrientes), la Feria del Libro de julio de 2022 fue aprovechada con los mismos fines mediante un circuito de oportunidades laborales para los jóvenes. 

En la provincia de Mendoza, en 2012 el municipio de Santa Rosa (17.000 habitantes) firmó un convenio con cooperativas vitivinícolas para frenar el éxodo rural de jóvenes. Llamado “Campo Joven”, el programa consistió en la capacitación para potenciar los talentos locales y generar aptitudes competitivas en recursos humanos. 

¿En tu pueblo o ciudad es un problema el éxodo de la población joven? ¿Cómo están abordando esta problemática? Podés contar el caso en +Comunidad. 

Foto principal: Un pueblo italiano revierte su despoblamiento transformándose en un hotel extendido. Expedia.com.
Redacción +Comunidad.