REGIÓN NORTE, PAKISTÁN
Saberes indígenas y tecnología geográfica para una mayor resiliencia ante los desastres

Un proyecto ayuda a construir casas más seguras en aldeas expuestas a peligros naturales. La técnica, premiada a nivel mundial, fue adoptada por las autoridades locales para llegar a más comunidades vulnerables.

Las inundaciones del verano de 2010 marcaron un antes y un después en la historia de Pakistán. Con alrededor de 2.000 víctimas mortales y más de 20 millones de personas afectadas, el país se paralizó ante la magnitud de los daños. Cinco años antes, un terremoto de alta intensidad –el más letal en la historia del sur asiático– ya había arrasado comunidades enteras en el norte. En el medio (también antes y después), otros desastres golpearon severamente a la población. 

El Banco Mundial afirma que Pakistán es uno de los países más propensos a sufrir ante las inclemencias de la naturaleza. Según sus cálculos, durante las últimas décadas las pérdidas superan los U$D 18 mil millones. “Las áreas montañosas del norte, hogar de algunas de las personas más desfavorecidas y aisladas, están sujetas a terremotos, inundaciones y muchos otros peligros a gran escala”, plantea la Agencia Aga Khan para el Hábitat (AKAH). 

Dedicada al desarrollo humano en Asia y África, esta organización diseñó en la década del 2000 una solución centrada en los peligros de las comunidades pequeñas del norte pakistaní. Integrando el conocimiento indígena con tecnologías geográficas de punta, se propusieron identificar las áreas con mayores riesgos y crear planes comunitarios para gestionar los desastres. 

El enfoque fue premiado en 2020 por el World Habitat Awards como la respuesta más innovadora del año para ese tipo de problemáticas. Y también fue alabado por Maimunah Mohd Sarif, directora ejecutiva de ONU-Hábitat: “Al formular políticas y programas, debemos colocar a las personas en el centro de nuestro pensamiento y acción”. 

La técnica HVRA en desastres

Varias agencias internacionales y nacionales trabajan en la preparación y respuesta ante desastres en Pakistán, y esto ha aumentado desde las inundaciones que afectaron al país en 2010. Sin embargo, hay pocos ejemplos de evaluaciones de amenazas, vulnerabilidad y riesgos (HVRA, por sus siglas en inglés) a nivel de aldea como herramienta de planificación para la preparación, respuesta, rehabilitación y desarrollo ante desastres”, señala la AKAH. 

Los informes de la agencia advierten que el crecimiento de la población, el cambio climático y la creciente degradación ambiental aumentan la probabilidad de futuros desastres. Así, el mayor desafío es permitir a las comunidades tomar el control de las situaciones críticas, reducir su dependencia de la ayuda humanitaria y ser autosuficientes. 

Valiéndose de imágenes satelitales y el intercambio de conocimientos locales con la población indígena, incluyendo la evaluación del historial de desastres, en la última década avanzaron en la identificación de áreas de alto riesgo. Además de crear decenas de mapas con los gobiernos locales, capacitaron a la población residente para mejorar sus técnicas de construcción. 

“Antes construíamos casas de barro y piedras, sin ningún tipo de planificación. Nuestra nueva casa no se puede comparar con la anterior, que fue destruida con el deslizamiento de 2010. Solo después de que AKAH evaluara que el sitio es seguro con la técnica HVRA, comenzamos la construcción”, contó Sarafaz, un albañil de 55 años que vive en el poblado de Attabad.

Hasta 2021, el método “amenazas, vulnerabilidad y riesgos” fue aplicado a 785 asentamientos de Pakistán. Se crearon más de 280 planes comunitarios de gestión de desastres y se asistieron a más de 20.000 hogares para mejorar sus condiciones edilicias. También se determinó que es necesario reubicar 50 aldeas expuestas a desastres inminentes. 

El impacto en la rutina

Con la ayuda de más de 50.000 personas voluntarias, la organización AKAH construyó más de 4000 albergues para atender los desplazamientos internos. También establecieron 190 reservas de emergencia, que incluyen elementos de búsqueda y rescate, e instalaron puestos comunitarios para monitorear las condiciones climáticas. Así, unos sistemas de alerta temprana permiten iniciar evacuaciones a tiempo para salvar miles de vidas ante avalanchas e inundaciones. 

El testimonio de Arab Khan, un residente de 75 años en el pueblo de Sherqilla, ilustra el escenario. “Antes, los lugareños nos turnábamos para monitorear la situación y así poder evacuar las comunidades. Era una tarea desafiante, riesgosa y agitada. Ahora podemos realizar nuestras tareas diarias en paz. Durante las inundaciones de 2018, las sirenas nos dieron 45 minutos para evacuar a los refugios que ya teníamos identificados”, ejemplificó ante World Habitat. 

Un proyecto escalable

Aquello que inició como una prueba piloto en las regiones del norte, ahora busca ser expandido al resto del país. Para fines de 2025, la intención es haber actualizado más de 2000 planes comunitarios. Además, la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres de Pakistán incorporó la técnica HVRA como una práctica generalizada para lidiar con los desastres naturales. 

“Si bien el uso de HVRA no es exclusivo de este proyecto, AKAH Pakistán ha sido innovador al integrar el conocimiento indígena en el proceso, permitiendo que las comunidades desempeñen un papel central. Y no sólo para la reducción del riesgo de desastres, sino también para la planificación del hábitat y el desarrollo sostenible. El proyecto es único en la implementación de HVRA a nivel pueblos y comunidades”, valora la plataforma Urban Sustainability Exchange.

En estas notas de +Comunidad podés leer más sobre la gestión local de los deslizamientos de tierra y el plan de una ciudad de África Oriental para incorporar soluciones geográficas que mitiguen los efectos de las inundaciones.  

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Fotos: AKAH Pakistan y World Habitat.
Redacción +Comunidad.