COMUNIDADES RURALES
Frente al cambio climático, agricultores de Haití se reinventan con técnicas sencillas para gestionar mejor el agua

Con asistencia internacional, la implementación de un nuevo sistema de riego permitió que pequeños poblados ubicados en el centro del país puedan mantener su principal fuente de ingresos y aumentar su resiliencia frente a los desastres naturales. “La innovación no tiene por qué ser complicada”, aseguran.

Agriculturores Haití SIGA

En Haití, cada año las catástrofes naturales y el cambio climático causan daños significativos. Las comunidades rurales luchan por mantener sus cosechas y se enfrentan a una creciente escasez de recursos para llevar adelante sus vidas. En ese contexto, un proyecto innovador con financiamiento internacional ofrece una solución efectiva y asequible que ya impacta entre los agricultores. 

Se trata de un sistema de riego por goteo que utiliza tambores de plástico. Las unidades se colocan en un lugar elevado y se conectan a mangueras que distribuyen el agua a los cultivos situados debajo. Cada barril tiene 208 litros y los agricultores pueden fabricarlos fácilmente sin incurrir en grandes gastos. Ahora, en lugar de depender únicamente de las lluvias y del nivel de los ríos, pueden asegurarse un suministro constante y seguro. 

Derniella Noel, una agricultora de 49 años que reside en Maïssade, una comuna del centro de Haití, ha experimentado de primera mano los desafíos que las catástrofes naturales imponen a la agricultura. Enfrentándose a huracanes, inundaciones y sequías recurrentes, ha observado cómo su trabajo ya no brindaba ingresos suficientes para mantener a su familia de cinco miembros.

“El cambio climático nos afecta enormemente. Cultivar nuestros huertos se ha vuelto más difícil debido a la falta de acceso al agua. Para regar nuestras parcelas, tenemos que caminar hasta una hora para llegar al río y obtener agua de allí”, relataba. 

Derniella y habitantes de Maïssade. Foto: FAO. 

Una mejor calidad de vida

En respuesta a la problemática ambiental y económica en el centro de Haití, en 2018 surgió un proyecto de refuerzo de la adaptación agrícola (SAGA, por sus siglos en inglés). Financiado por el Gobierno de Quebec (Canadá) e implementado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), introdujo el sistema de riego por goteo como una solución efectiva y poco costosa. 

“Una vez que llenamos los barriles de plástico, podemos pasar varios días sin tener que ir al río a buscar agua. Ahora soy más independiente y puedo mantener mejor a mi familia”, señaló Derniella. La implementación de las nuevas técnicas demostró un incremento de aproximadamente un 50% en los rendimientos en comparación con otros métodos de suministro de agua. 

En colaboración con socios locales, como el Centro de Estudios y de Cooperación Internacional, el proyecto SAGA ha trabajado en Haití de otras maneras para ayudar a los agricultores a adaptarse al cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos y las fluctuaciones del mercado. 

A través de grupos de escuelas de campo para agricultores, se han impartido conocimientos sobre técnicas de gestión integrada de los recursos hídricos y se ha promovido el uso de calendarios de cultivo para asegurar una producción constante, incluso en épocas de escasez de lluvias o sequías. 

Además, las comunidades rurales han adquirido habilidades prácticas en negocios y comercialización, como el aprovechamiento conjunto de recursos para adquirir insumos y servicios agrícolas, así como la venta en grupo de los productos recolectados.

Agricultores Haití.
Agricultores en el centro de Haití. Foto: FAO. 

Aprendizajes para agricultores 

“Antes trabajábamos de forma convencional. Ahora sabemos cómo tratar el suelo, cómo cuidar las plantas enfermas, cuándo y cómo fumigar nuestros huertos. Cuando trabajamos con técnicas de precisión, utilizamos menos recursos. Así que el proyecto nos ha ayudado aportándonos conocimientos técnicos sobre prácticas agrícolas sostenibles”, afirmó Tilus Baudelaire, otro agricultor local que venía sufriendo las adversidades climáticas. 

Los impulsores del proyecto SAGA aseguran que, a la hora de asistir agricultores de pequeña escala en Haití, prestan especial atención a las mujeres y los jóvenes, y promueven enfoques comunitarios. Estas acciones han sido fundamentales –argumentan–  no sólo para garantizar la seguridad alimentaria y los medios de vida de la población rural, sino también para fortalecer la resiliencia y la sostenibilidad de todo el sistema agroalimentario del país.

Además de Haití, el proyecto estuvo trabajando para mejorar la adaptación y resiliencia de comunidades rurales en Senegal. En 2023, se amplió la implementación a Costa de Marfil. 

Para obtener más información (sitios redirigidos por FAO):

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Imagen principal: FAO.
Con información de InnContext

Redacción +COMUNIDAD