DESARROLLO ECONÓMICO
Un bionegocio a base de aguaje impulsa el desarrollo económico de familias en Perú

Este programa desarrollado por las comunidades indígenas, líderes y autoridades busca ser una alternativa de desarrollo sostenible frente a las amenazas de actividades económicas ilegales e informales en la amazonía peruana.

Gabriel Cruz lidera la Asociación de Productores de Ungurahui y Aguaje de Pueblos Indígenas del Sector Marañón (Apuapisem), impulsada por el pueblo indígena awajún. En los últimos años la comunidad, ubicada en la provincia Datem del Marañón, en Perú, desarrolló una línea de bionegocios para mejorar los ingresos de todas sus familias.

El emprendimiento busca aprovechar los recursos naturales del Área Protegida Santiago Comainas, como una  alternativa de desarrollo sostenible local. En la actualidad producen aceite y jabones a base de aguaje (una fruta amazónica), que les permite generar fuentes de trabajo y fortalecer la cadena de conservación del bosque. 
El proyecto se enmarca dentro de Construyendo Resiliencia en los Humedales del Perú, del Fondo de Promoción de las Áreas Naturales Protegidas del Perú (Profonanpe). Esta iniciativa propone mejorar los medios de vida y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los humedales de la provincia, localizada en la región Loreto.

Un valioso ecosistema en la región

Datem del Marañón tiene uno de los humedales más importantes de Perú y el mundo, que conserva un stock de carbono de 6.948 millones de toneladas de CO2 equivalente. Se ubica en la tercera turbera tropical más extensa, la cuenca Pastaza – Marañón, por detrás de Central Kalimantan, en Indonesia, y Cuvette Centrale, en República del Congo.

Estos humedales son amenazados por actividades como la deforestación, la tala ilegal, la expansión de la frontera agrícola y la extracción inadecuada de los frutos del aguaje. Por eso el proyecto de Profonanpe busca construir con las comunidades indígenas, líderes y autoridades de gobiernos locales, alternativas de desarrollo sostenible.

Construyendo Resiliencia en los Humedales del Perú fue un programa que surgió en 2017 y terminó en 2023, que benefició a 120 comunidades de 7 pueblos indígenas. En este marco se dieron 110 talleres para fortalecer las capacidades de gestión y procesos productivos eficientes, de más de mil personas de esas comunidades. 

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Abanico del Pastaza es un humedal de importancia internacional debido a su riqueza hídrica, biodiversidad y como captador de gases de efecto invernadero. Imagen: Profonanpe.

El impacto de construir resiliencia

La iniciativa de Profonanpe logró implementar 12 bionegocios base y 44 unidades de bionegocios, en los corredores de Saramiriza, Kandozi, Bajo Marañón, Pastaza y Achuar. Todos son gestionados por asociaciones de productores indígenas que comercializan productos como aceite de aguaje, chocolates artesanales y pescado fresco entre otros.

El propósito detrás de estos negocios fue fortalecer las capacidades para enfrentar los desafíos que implica vivir en ecosistemas de humedales ricos en reservas de carbono. De esta forma Profonanpe ofreció alternativas innovadoras para el cuidado del medioambiente y el desarrollo sostenible de cada una de estas comunidades.

En el caso de la Asociación de Productores de Ungurahui y Aguaje de Pueblos Indígenas del Sector Marañón (Apuasem), se logró comercializar 385 kilos de aceite de aguaje. Esta organización creó un bionegocio que, más allá de buscar la rentabilidad y el desarrollo económico, encontró su valor en el cuidado de su ecosistema. 

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Trabajadores de la Asociación de Productores de Ungurahui y Aguaje de Pueblos Indígenas del Sector Marañón. Imagen: Apuapisem.

Bionegocios, una oportunidad de desarrollo sostenible

Patricia Balbuena, Directora del Proyecto Humedales del Datem del Profonanpe, compartió en una charla las estrategias aplicadas para el desarrollo de bionegocios. Destacó la co-creación con comunidades indígenas, la formalización, el acceso a mercados y la implementación de tecnologías sostenibles que ellas desconocían. 

“El modelo de bionegocios adoptado se organizó en bio corredores productivos, formando clústeres comunitarios de emprendimientos. Ubicados estratégicamente en puntos de conexión de carbono y biodiversidad, compuestos por bionegocios ancla y unidades productivas asociadas”, explicó Balbuena sobre la dinámica de trabajo empleada. 

“Esta iniciativa buscó fusionar conocimientos tradicionales con tecnologías amigables con el medio ambiente para generar productos de alta calidad y valor comercial. Transformando el capital natural en capital económico sin dañar los ecosistemas”, concluyó sobre esta oportunidad para el desarrollo sostenible en la Amazonía.

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Imagen principal: Profonanpe